nos tocó por fin ir al lugar
que era el gol, el meta de nuestro largo camino:
Machu Picchu.
Otra vez, como todas las mañanas,
nos levantamos bien tempranito.
El coche que nos llevó a Machu Picchu Pueblo/Aguas Calientes
partió en la madrugada.
Salimos de Cusco hacia la selva,
ibamos por los cerros,
los hermosos cerros del Perú.
Ibamos en caminos desiertos
en donde parecía que nadie había andado durante décadas.
Me dió miedo.
Mucho miedo.
Y para decirles la verdad: estaba rogando por nuestras vidas.
Aquí en el Primer Mundo
existe cuentos y escenas de terror,
sobre buses, camiones y micros
yendo por caminos malos y estrechos en la selva
con mil metros de precipicio hacia arriba,
y otros mil metros de precipicio hacia abajo.
Allí estuvimos nosotros.
Finalmente paramos en el pueblo de Ollantaytambo.
Con sus ruinas incáicas, antiguas terrazas de cultivación.
En Ollanta estuvimos una hora quizá.
Para descansar y para comprar agua y algo de alimentación.
Caminamos por las calles
mirando e admirando los hallazgos vivos
del imperio Tawantinsuyo.
Muy bonito el lugar.
Me hubiera gustado quedarme un poco más.
Pero en fin
seguíamos en el micro.
Yo seguía teniendo miedo.
Gabriela estaba durmiendo bonitamente.
Todos estabamos charlando, riéndonos.
Pero espero que los demás también
tenían el mismo miedo que yo.
Miedo por los caminos malos donde andábamos.
Paramos en un pueblo sin nombre en medio de nada
para almorzar.
Al bajar del micro di las gracias a Diós
por seguir vivo.
Otra vez me comí un rico lomo saltado,
el cuarto (creo) durante el viaje.
Me tomé un litro de cerveza también para calmar mis nervios.
Y sí me calmaron mis nervios.
Se me calmaron tanto hasta olvidé mi gorro de AIK en la silla del restaurante.
Seguimos un rato mas en el micro y llegamos al tren que nos llevó a Machu Picchu Pueblo.
El paisaje estuvo impresionante.
Por fin pudimos relajar e admirar el paisaje.
Majestuosos cerros, quebradas profundas, selva inmensa.
Colores impresionantes que para un sueco primermundista
solamente existen en postales, o en sueños.
Después del tren llegamos.
Por fin.
Estabamos en Aguas Calientes / Machu Picchu Pueblo.
Caminamos un rato
en la búsqueda de nuestro hostal
donde ibamos a descansar
antes de conocer las ruinas
de Machu Picchu.
En el centro del pueblo
nos saludó una estatua del emperador Pachacuteq.
Zapa Intiq Churin Tawantinsuyuta Pachacuteq.
Encontramos el hostal, bastante agradable.
Descansamos un rato
antes de salir a cenar.
En la noche volvimos al hostal para descansar
después de un largo viaje y de una larga adventura
en las selvas profundas peruanas.
Para que el día siguiente estariamos descansados
y vivos al momento final.
Al momento en que llegaríamos al final del viaje,
al meta del camino: Machu Picchu.
El 21 de Febrero 2009
yo me encontraba al menos de 5 kilómetros
de las ruinas olvidadas de los Incas
con la persona mas importante en mi vida a mi lado.
Dónde estaban Ustedes?
Al parecer por fin puedo dejar comentarios en tu blog. Siempre recordare, ese viaje!! La pasamos excelente, caminar de tu mano en machupichu fue increible!!
SvaraRaderaGaby//